lunes, 16 de septiembre de 2024

 EL FIN



Hace infatigables días que es de noche. El sol no sale. No sabemos por qué. La televisión no da explicaciones. Los gobiernos tampoco. 

Nos sentamos a tomar chocolate caliente junto a la chimenea. Puede que este sea el fin del mundo que las postales de los supermercados anuncian.

Un dibujo gracioso, una dedicatoria. Pronto iremos a comerciales, quizás aquí sí comience el infierno.

 LOS ASUNTOS DEL MAR



Las sirenas desafinan en muchas ocasiones. A veces se aprovechan de algún atributo físico para atraer a los marineros a la perdición. Tampoco es que los marineros se resistan mucho. Y si se resisten, siempre se puede conseguir la ayuda de piratas para llevarlos con ellas.

Las sirenas conocen todos los asuntos del mar. Cantar siempre fue opcional. Una forma de entretenerse mientras la comida deja de gritar y se cocina lo suficiente.

 GOLPES



El hombre golpea una vez. Dos. Tres. No piensa en lo que sucederá después. En si abren la puerta. Ni siquiera sabe en qué casa está. La puerta, mitad vidrio, mitad madera, permanece imperturbable, como un cuerpo que duerme.

Finalmente, el hombre se marcha. Pasado unos instantes. La puerta se abre y otro hombre aparece. Se dice que ahora sí, ahora se siente listo. Pero suspira y vuelva adentro. Donde nadie podría saber lo que sucede. Lo que le sucede. Lo qué. 

 ARDE CIENCIA ARDE



Una nave se acerca al puerto pero no se detiene. Se estrella de pleno y sigue derecho. Avanza por la calle, sus velas henchidas de un viento infatigable. Algunos la esquivan y otros tratan de subirse. Dicen que en ella va el destino.

Se ven científicos observando mapas y trazando direcciones. Hojas pintarrajeadas y números que no reflejan lo evidente, toda geometría impone límites. Después, monstruosos dragones afilan cuchillos y tenedores para la próspera faena.

 EL TIEMPO QUE NUNCA TERMINA



Llevo siglos en este castillo y nunca salgo de aquí. Soy un vampiro, pero no necesito buscar víctimas. Ellas vienen a buscarme. Dicen que les daré la vida que nunca han tenido. Pero solo hago que el tiempo dure más.

Al final, somos un montón de gente amontonada en este lugar, tan grande, tan sucio, que nadie quiere limpiar. Una eternidad ganada por el polvillo bajo las alfombras, el polvo en los muebles.

 LA VIDA DE LOS COLORES



¿Los colores agacharían sus brillos si los techos fuesen más bajos? Si acaso alguien pudiese decir hasta aquí se llega, hasta aquí no.

Las barcas suelen parecer pacíficos cadáveres si uno se queda el tiempo viendo el movimiento del agua. Si uno no se mueve de su lugar, como un árbol, como un sueño pacífico.

 REMEMBER WHO YOU ARE




El pasado es un misterio reservado para quien niega la estacada del futuro. Una continua mudanza de puertas y pasillos que nunca terminan de construir casas y, menos aún, ciudades visibles a los ojos de los demás.

Pero, ¿Quiénes serían los turistas de nuestras estampas? ¿Construirían ellos los castillos donde las cosas estuviesen a salvo de las tempestades?

O más bien, ¿seguirían sus caminos, rumiando sobre épocas y ropajes que se reciclan en el ojo, muriendo en el acto de parpadear?

 DETRÁS 




Detrás de los espejos, animales indescifrables devoran cada imitación que pueda existir. No hay dobles. Y los originales dejaron de hacerse hace mucho. Quien se mira al espejo no será nadie. Aunque pensará que sí y hasta se dirá que se ve bien.

Pero será apenas una idea efímera. Un destello que hará que los animales queden congelados algunos momentos, solo instantes, para después regresar a su tarea. Antes de evaporarse sin dejar rastro allí, en ninguna parte.

 NOTICIAS VIEJAS




Casas viejas dan lugar a fantasmas nuevos. Cuerpos que se renuevan. Pintura fresca y sangre a tono. La muerte no se toma vacaciones, solo pausas que si se sumaran serían también una de las tantas formas de la oscuridad.

Los huéspedes creen tener algo que decir, pero solo balbucean. Tratan de ser amables, quitándose el sombrero. Los más educados, el corazón.

GALAXIA




Los suburbios del alma son acechados por árboles intempestivos cuando menos se lo esperan. Una danza singular que puede ser vista por cualquiera pero quizás no comprendida. Bicicletas que varían su andar solo para conectar con la tierra y la idea de que existe algo mágico ahí donde uno se limita a describir las propiedades de una roca.

Una roca que podría levantar un niño, guardarse en los pantalones y olvidarse de ellas durante días. Como si el mundo se apagara en un instante y el sol siguiera su curso, imperturbable

 INCERTIDUMBRE



Las preguntas se acumulan, nadan en el desconcierto. Hay un nosotros y un yo que se aprende a poco, pero rara vez se encuentra la correlación de los opuestos, o la correcta manera en la que se debe ver esta tragedia de existir en el instante de la conciencia.

Es cierto que se distribuyen folletos al entrar, pero la salida es un lugar extraño, mal iluminado, al que nadie parece realmente querer ir.

 VISIÓN DEL CABALLO




Junto pasos de un lado y del otro, como un caballo que es la noche y también el éxtasis de la desnudez. Un bailarín insano en medio de un pasillo construido por la mente para gritar sin ser escuchado.

Y aún así, mis manos siguen vacías y todos se han escapado. Apuestas perdidas y boletos retorcidos en el suelo, los caballos corren libres y el día no llega nunca, tal es la suerte.

 AQUÍ NO ERA



El universo se expande en los ojos de perros solitarios que solemos confundir con fantasmas. Cualquiera puede ser víctima del tiempo o sus fallas, y es sabido que los testigos no siempre recuerdan las cosas tal cual sucedieron.

A veces piensan que ni siquiera estuvieron allí y que no son parte del entorno. Hay ladridos, la noche menguando. El universo finge quedarse quieto, pero no engaña a nadie.

Todos somos un poco cómplices de que ningún lugar sea el mismo dos veces.

 EL QUE CUIDA SU FIGURA MATA MÁS RÁPIDO



Drácula se afila los colmillos cuando nadie lo ve. Saluda educadamente. Viste bien, quizás un poco anticuado. Se deja echar la suerte por los gitanos. Descubre la belleza de las mujeres, cede ocasionalmente a su fetiche por los cuellos pálidos.

Van Helsing, por su parte, van clavando estacas en cualquier cosa como todo un troglodita, afirma que tarde o temprano, matará algún vampiro o algún otro bicho sobrenatural.

Es que las buenas intenciones tienen algo de falta de modales. El mal es vanidad y cuida su etiqueta para que nadie le vea el hueso de sus muertos.

 LO INEVITABLE DE HUNDIRSE



La concordancia entre el timón y el rumbo no es una fácil convivencia. Los pasajeros de la existencia nos vamos extinguiendo sin darnos cuenta. Lo instantáneo produce la felicidad y el abismo, como una armonía desconocida.

Este barco nunca supo quién fue su capitán. Sus marineros pelean entre sí. Puedo encerrarme en mi camarote, pero sé que tarde o temprano, alguien reclamará su lugar y las flecha se clavarán iniciando el naufragio inaugural de la tristeza.

 RUDE AWAKENING



Despierto, pero no son mis ojos los que se abren. Hay muchos que se levantan y van configurando el día. Mis piernas que avanzan o se quedan quietas. Los zapatos como esfinges que prometen acertijos que nadie podrá adivinar.

La incertidumbre de las medias. La cama que parece desvanecerse como si nunca hubiese estado ahí. Abrir la puerta y estar sin intermediarios en el estómago del asfalto. 

A lo lejos, luces y sombras que no parecen diferir en sus siniestros propósitos.

 DE ALGUNOS OFICIOS



Hoy estuve del otro lado de la lluvia, detrás de bastidores por así decirlo. Pude ver a los hombres que echan el agua hacia abajo con sus grandes baldes y a veces se exceden en su tarea e inundan pueblos enteros. No sé si esos hombres cuestionan sus trabajos, no sé si les diría algo acerca de la destrucción y la creación. Porque yo no hice la rutina del día, ni tengo nada que ver con esta.

Solo cumplo mi propio trabajo como turista y al final del día ficho en la oficina y me voy. Nunca conservo las fotografías que saco, ni los diarios del viaje. El trabajo es solo trabajo, nada más.


 ESTRUCTURA DE LAS COSAS



Hay un mundo de muebles y construcciones y planos y cosas y chocamos contra todo sin saber exactamente hacia dónde vamos. Nos alcanza una noche, que puede ser una cualquiera, o una que ya pasó. Es el momento, el instante. Los campos de la memoria.

Pero la libertad solo se exige una vez que se pasó la estación de la locura. Esa que estaba decorada con dibujos de niños y manchas de pintura.


 THE WAY OF LIFE




Los primeros pasos son los más difíciles. Los siguientes pueden facilitarse si alguien nos da un empujón. Rodar por las escaleras es una experiencia que fortalece el espíritu y la camaradería, eso es sabido en cualquier interacción entre desconocidos.

En el suelo, entre el desparramo y los huesos rotos, todas son risas y promesas de un futuro de amistad y quizás amores. La ambulancia y el hospital, apenas paréntesis en una vida de gratas sorpresas e intentos de homicidio.

 IN A QUIET ROOM



En un cuarto tranquilo, un hombre dibuja un retrato de sí mismo. ¿Cuánto tardará en reconocerse como el asesino que la policía busca sin saberlo?

Quizás porque a veces no todas las historias son tristes, el hombre rompe el papel y ningún crimen ha sido cometido. No hay sangre ni cuerpos. 

Los lápices permanecen cómplices de secretos, silenciosos en sus cajas.

 MISTERIO



La palabra existe antes que el papel. Incluso que la tinta. Incluso que la idea misma de la palabra. Porque el sonido, o su fantasmal vibración ya resonaba en alguna parte.

Como si una cueva estuviese llena de habitantes que no se conocen entre sí, pero que, sin saberlos, están todos tomados de la mano.

Esperando saber quién tiene el cuchillo escondido.

 UN MOMENTO




Me calma la llegada de los pulmones al aire. La sensación de que están en un lugar donde se sienten cómodos. Que yo ya puedo volver a mis tareas habituales. Que no tengo que preocuparme más del asunto. Sé que más tarde tendré que cargar con las extravagantes ideas de las extremidades, sus quejas acerca de los rumbos emprendidos, pero eso será después.

Ahora, puedo suspirar en paz.

domingo, 15 de septiembre de 2024

 LA FRÍA NATURALEZA DE LOS SOMBREROS



El sombrero se cree inamovible. Aún cuando sus desplazamientos sean continuos. Cree que puede participar de cualquier conversación, moviéndose entre las manos de su dueño. O escuchar desde la lejanía de un perchero.

El sombrero es un espía de sus propias intenciones. Siempre listo a desaparecer si la oportunidad es propicia. Traidor de guillotina, nunca aceptaría la culpa si puede endilgársela a alguien más.

 DENTRO DE LA TORMENTA



Los paraguas susurran la lluvia antes de que esta suceda. El esplendor de estar desplegados bien vale la opacidad del encierro previo. El agua toca la tela y las agujas copulan con la humedad. 

Pero el viento, cegado en su inmadurez es capaz de romperlo todo. La lucha siempre es desigual, la pericia de un mango de plástico puede definirlo todo.

Cada tormenta sorprende la vida y la muerte, los heridos quedan entre charcos y olvido. Los sobrevivientes, preparan su nueva entrega, como un niño que ha aprendido a sonreír.

 LA ARMADA SOCIAL




Extrañas figuras parpadean en las sombras de las personas. Los cuerpos permanecen ignorante de estos fenómenos. Una plaga de significados y significantes que se interpelan llegando incluso a los golpes de puño.

Los vasos comunicantes se encuentran todos llenos en este momento. Se debe beber del borde y con cuidado. Ante el menor tropiezo, podemos encontrarnos con ropa interior y guantes sosteniendo la poca dignidad que nos queda en un salón lleno de maniquíes que van a juzgarnos sin piedad.

 ETERNO MOVIMIENTO




Las ceremonias tienen ese dejo de algo que puede esperar para más tarde. Algo que está interrumpiendo un momento que podría ser usado en otra cosa. Quizás en no hacer absolutamente. Como una ceremonia del ocio ininterrumpido. El cual sería interrumpido por la nada misma, en una paradoja que no dejaría a nadie indemne.

Pero es notable cómo siempre hay muñecos que se mueven solos y hacen sus rutinas, como si las pilas no se gastaran nunca.

 NO ÉRAMOS TAN ESPECIALES



Esta puerta es la que conduce al otro lado. Siempre estoy ahí. No quiero estar ahí. Pero la abro igual. Y me encuentro a mi cansado yo del otro mundo que tampoco quiere pasar para aquí. Nos saludamos sin ganas.

Una nave espacial cruza el espacio y su smog nos cubre las caras. Otro día en la dualidad. La conversación estrecha, un canal de parto que se enreda en su propio esplendor. Y seguimos.

Somos demasiados yendo y viniendo. Pero el mismo aquí, en esta oficina, poniendo sellos en hojas con caligrafías duplicadas de impresora, sin escuchar filas de gente que me, nos, los insulta porque sí.

 TODO ES PERFECTO




Me visto bien. Me visto con el traje que me compraron, con los zapatos que me tallaron a medida. Llevo mi portafolios perfectamente vacío. La sonrisa a tono. 

Hablo y río en los momentos correctos. Soy perfecto. No hay secretos en mi éxito. No hay amenazas, ni confusión. Simplemente soy.

En esta isla desierta en la que llevo tantos años, puedo tener el trabajo que quiera, mi reino de jugosos cocos no tiene fin.

 AFUERA




Todo queda afuera. Cada objeto o cada sentimiento queda allí, para el que lo encuentre, justo en el patio. Pueden llevárselo. Ya no lo queremos.

Somos gente sencilla, una vida miserable por vez. Nada de amontonar karma y llenar heladeras convocando a la suerte. Sí, siempre existe algún nostálgico que dispara desde el techo cuando alguien le quiere arrebatar un recuerdo. Pero son los menos.

Sacarnos lo que fuimos es un trabajo fácil, del que casi cualquiera sale ileso.

 QUE HAGAN LO QUE QUIERAN



Gritan que asesinaron al rey y que el castillo arde. Pero no se ve nada. No hay humo. Solo gente que corre. Nosotros corremos también y gritamos que han asesinado a los campesinos y que han quemado la tierra. Nos ven pasar los súbditos de otros reinos y también gritan. Cosas que no entendemos, porque hablan en otras lenguas. Hay caos, mucho caos.

Nuestro rey sale del baño y ve su reino vacío. No sabe qué es lo que sucede. Gritaría, pero le duele mucho el estómago. Se acuesta a dormir. 

Las revoluciones y la gastritis no se llevan bien.

 EL FINAL, EL PRINCIPIO, EL FINAL



Hay una estatua de Buda sobre la mesa del living. Podemos creer que alcanzó iluminación. Pero la suciedad lo cubre y las mascotas lo acosan y el plástico de su estructura no es el mejor para cuestiones el alma, si es que las cosas inertes tienen una.

Además, cómo sobrellevar el peso de las vidas anteriores. Una mancha de petróleo, un dinosaurio viendo un meteorito que cae implacable. El nacimiento del universo.

Un huevo cósmico, infinito, listo para ser freído por los siglos de los siglos.

 LA CIFRA EXACTA



En el pueblo sabemos que enterrar a una persona requiere de ciento cincuenta paladas. Ni una más, ni una más. Si se utiliza una menos, el muerto puede volver a la vida y salir de su tumba para sembrar el caos. Si se utiliza una más, se sospecha algo turbio, quizás alguien queriendo esconder un crimen.

Nuestro problema, lamentablemente, son las matemáticas, el hecho de que apenas sabemos contar, lo cual provoca que cada funeral provoque un irremediable horror policíaco sobrenatural.

 LA BELLEZA DE LO INÚTIL



Cuando se corta la electricidad en la aldea, el chamán pone gasolina en un generador y hace algunas llamadas. Todo vuelve a la normalidad en unas pocas horas. Es efectivo, sí. Pero ¿Cómo no extrañar el virtuosismo histriónico de nuestro chamán anterior, ese que murió en el anterior corte de luz cuando bailó desnudo toda la nevada noche, entonando ineficaces cánticos de nula traducción, pero de una belleza incomparable?

 HIGH



Explota una bomba en el living, quizás olvidada por algún invitado inapropiado y la fiesta se convierte en un gran qué va dónde y de quién es esto. Los grandes adornos destruidos, el piano en llamas. Los flashes de las cámaras fotográficas frente al nuevo escándalo de la sociedad que le importa a la sociedad o no.

Hay restos fríos de comida en la cocina. Los empleados se los llevan, la policía toma café y dice que esto durará toda la noche. El alcalde duerme tranquilo en su casa. 

Algún perro ladra pero sólo consigue molestar.

 LÁGRIMAS PORVENIR




Si alguien se queda dormido todo sucede y si se despierta deja de recordar qué lo trajo hasta aquí. Pedazos que se unen para sentirse mejor, pero es temporario, porque la marea se ha llevado a los barcos muy lejos y las islas solo son fotografías rotas en el llanto de un hombre pequeño en una aldea sin nombre.

Y ese hombre tiene frío y extraña a su familia y tarde o temprano se dará cuenta de que los otros no hablan su idioma. Y que su mundo no va más allá de la roca que tiene en frente de él, con premonitorias marcas de su cabeza.

 LINK TO NOTHING




A veces se pregunta cómo sabe si está loco y mira los cadáveres en sus paredes y se da cuenta de que está haciendo las cosas bien y que sus vecinos son las mejoras personas del mundo. El césped corto, mujeres hermosas.

Postales de una historia equivocada que no es la suya. ¿Alguna vez fue él? Pero no va a desconfiar ahora de él o de los demás. 

Quizás después. Cuencas vacías en su plato de cereales, otra mañana sin significado a la vista

 TODA LÍNEA ES INFINITA


El universo se expande alargando la capacidad del dolor para meterse en los agujeros de lo cremoso, de los campos infértiles de los molinos sin vientos que sí son gigantes y sí golpean porque no creen mucho en eso de la dualidad.

Pero, a no rendirse en la aventura constante, porque aún queda mucho y sí, puede que alguien nos espere afuera de nuestras casas, listo para el disparo del final, alguien desconocido, de preferencia. O quizás nosotros mismos, porque veinticuatro horas bien podría ser la dimensión del infierno y ya se sabe.

Morir es apenas el comienzo.

 EL HUEVO QUE EMPEZÓ TODO




Cuántas veces uno se encuentra con un alienígena succionador o con un payaso y debe elegir entre una bala y una lobotomía. Houdini sabía que escapar no era el verdadero truco, eso no era magia. La magia es directamente no estar en ninguna parte.

Ser feliz con un piano sin teclas que cabalga libre por las llanuras de la mente. Ser la niña que canta la canción sobre el Huevo que estaba sentado en la pared y se balanceó y se cayó y se rompió en miles de pedazos que se venden bien en el mercado negro.

 NO SABEN QUE EXISTO




El policía que se cansó de llegar último a la escena de los crímenes decidió empezar a cometerlos. Pero se descuidó, no hay que olvidar que la suerte es una moneda de tres caras que cae donde menos se la espera y alguien lo ve junto a la víctima y otro policía llega a la escena, declarándose conquistador de esa pequeña matanza. 

Nuevamente, el último lugar espera a nuestro pequeño hombre, nuestro solitario asesino que solo quería que alguien notara que estaba ahí. Pero ni siquiera, su crimen es tapado por una catástrofe en un país lejano, relegado a páginas perdidas en un diario llenos de publicidades atractivas al ojo fácil.

 INCERTIDUMBRE



Las tardes transcurren en una extraña languidez, como si pudiese ser absorbidas por un manotazo descuidado. Hay juguetes, niños olvidados. El jardín que se manifiesta como un todo verde y asfixiante. Las plantas compitiendo con las lámparas del interior. Objetos en pugna, complementándose cuando no queda otra.

Si un zapato ahora cayera del techo, ¿Cuántos pies sabrían a qué amo elegir?

 LA INVOCACIÓN



La constante es invocada, pero falla la forma. El péndulo gana siempre sobre la otredad. Probablemente la noche sepa todas estas cosas en su manipular de fotografías veladas, pero no dirá nada. 

Será el silencio de los fantasmas el que anuncie el cabalgar de la muerte en el tintineo frondoso de las copas de un brindis donde cada invitado es una fiesta que ha fracasado en su júbilo.

 ANALISTA DE LO IMPORTANTE



El perro que muerde su propia cola puede alcanzar la iluminación en ese mismo instante, pero es muy común que un ladrido involuntario lo devuelva a su estado de ignorancia habitual.

Es fácil comprenderlo desde afuera, sentado a la mesa de un café, tomando un té que ya se enfrió, con unas tostadas a las que la manteca no logra adherirse nunca.

 ESTA ES UNA CANCIÓN DE AMOR, O POCO MENOS



Estoy roto por dentro y por fuera. Se me caen tuercas y otros accesorios cuyo nombre no reconozco. Repararme sería una perdida de tiempo, aseguran mis parientes y yo tampoco estoy seguro de querer que alguien me meta mano porque sí.

Mejor junto todo y lo acomodo como puedo. No noto grandes problemas salvo un sueño excesivo y alguna que otra palabrota a destiempo en medio de las cenas de los domingos, cuando nos juntamos a fingir que la cuerda del amor familiar aún permanece intacta, sin grietas ni necesidad de cambios.

 EL QUE SE CONOCE A SÍ MISMO




Volví al principio de la calle y encontré un tipo que era yo y que venía a buscarme y ambos nos detuvimos y nos preguntamos ahora qué, porque hay que tener un propósito, algo que hacer más que ponerse las manos en los bolsillos y decir que el clima es una barbaridad.

Podíamos haber optado por la civilizada ignorancia de retirarnos cada uno por su lado, pero optamos por un duelo de pistolas, pensando que lo teatral es una buena manera de irse. 

A público vacío, sin embargo, nos batimos sin honor, errando los tiros de puro cobardes que soy.

 HISTORIA DEL UNIVERSO



Los caminos son imprecisos, como juguetes dejados al azar por un niño que aún no conoce su nombre. Si tuviese que hacer un punto en un mapa imaginario, solo extendería su dedo. Ese camino, entonces, sería el mundo.

El mundo cabría en un punto, pero sería uno entre muchos. Una pared de puntos en una noche oscura. Y así viviríamos, con temor al ruido de un ladrillo moviéndose en el medio de las horas, una recta rompiéndose, un collar dejando sus redondeces, impúdicas, por el piso del living.

 TWISTED TRANSISTOR



En el centro de mi pecho funciona un transistor roto. Como un juguete pequeño y complicado, fabricado en Taiwán. O en algún lado donde hay fábricas con niños que no diferencian el día de la noche pero saben dónde va cada pieza de ese enorme rompecabezas que tienen entre manos y que alguien comprará por mucho dinero dándoles centavos a cambio.

No es que se rompiera en el proceso, ningún niño falla en ejecución, las estipulaciones dicen que debe ser así desde el comienzo, algo de la naturaleza del todo, o la simple complejidad de los negocios de los corazones frágiles.

 MEMORIA DE LAS COSAS




No recordamos las cosas, solo fingimos que lo hacemos, poniendo tablas encima de tablas, sin entender demasiado qué clase de construcción estamos realizando. Hay niños y ancianos y todos dan órdenes y unos tipos de traje y corbata y otros en pijama y también gritan que hay que hacer esto y lo otro.

Y nos vamos sintiendo cansados. Esquivando coincidencias y casualidades con la firmeza de un soldado de terracota que lleva tanto tiempo en su puesto que al ser desenterrado lo único que pediría es una sopa caliente, un asiento, no saber quién es el actual emperador, a quién hay que servir.

 VIENEN CAYENDO




Hay un montón de naufragios en este mundo, puntos rojos en mapas azules. Mis manos rotas como un venado, la llamada y alguien diciendo que es hora de guardar los juguetes. La ausencia pastorea sus rebaños sin usar palabras.

Tiempo, como un coyote rengueando en el desierto. Oasis, casinos indios rebosando su oro manchado con sangre. Un reguero de perfume que nos arrastra, como si la esperanza pudiese estirarse sin romperse.

Lo cual es, a todas luces, falso.

 LO QUE SOY




El fundamento de un ser se desprende de sus idas y venidas. Alguien que no puede comprenderse del todo. Alguien que va a negarse. El paisaje de sus errores y la lenta encrucijada de sus aciertos. Ningún vendedor de cuchillos se arriesgaría a lanzarlos con los ojos vendados a una blonda voluntaria en un círculo giratorio de probabilidades.

Quien sabe de sí, teme lo suficiente como para esconder siempre los leones cuando vienen las visitas.

 BELLEZA ADICTA



La belleza es tan suicida en su manera de presentarse, a veces como alguien conocido o a veces como un recuerdo. Fauna de aplausos y oropel. Siempre farsante por las dudas. La gravedad es enemiga de la gravedad.

Me enceguece mi corazón, pero nunca permito que flote más de lo debido. El amor es una guerra que ya perdí, casi darme cuenta. Un centro periférico, el yo sujetado a la deriva. 

 TRANSFORMER MOLECULAR




Queda la sombra o la suerte y no sé cuál voy a elegir. Las soluciones exigen propósitos y solo tengo una cuidada colección de saltos al vacío. Me inclino a veces por no decir nada y que el ejército microscópico de mis odios sigan su camino a la derrota.

Mujeres robot duermen en mi conciencia, ¿Cuántos fantasmas soy cuando intento la ejecución de un cuerpo material? Es decir, también uno a veces sufre la vanidad de querer ser visto, quizás percibido de reojo.

 DESDE AFUERA TODO ES RUIDO




La simbiosis del eco me subyuga en su palabrerío. Un edificio de oficinas presionando contra mi columna. Papeles dejados a la suerte. Testamentos que escribí para mis muchas muertes. ¿Por qué insisten en el habla, pequeños seres violentos?

Es sabido que los exploradores solo buscan flores que callen, fauna silenciosa. El sueño que nos degüelle al fin, como quien conquista la placenta de la nada.

 COSAS VERDADERAS



Había un iglú que no conocía. Un frío que templaba la distancia de mis pasos. Un iglú viviendo en mi living. Esquimales cazando ballenas en mi mesa de noche.

Les dije que podía subir la calefacción y me dijeron que no les fuera con cosas de magia. Que lo único importante era saber que a veces el invierno nos espera, como un amigo al que se le puede confiar la vida.

 DULCINEA NUNCA EXISTIÓ



Habla de la botánica de su corazón contando que un caballero un día le juró amor. Pero solo es una armadura oxidada, molino de silencio que yace junto a sus pies desnudos, frío en la tierra yerma.

 FUGAZ


Una luciérnaga permanece encerrada en el ojo, el chispazo del incendio puede ser un átomo díscolo.

 ALGO QUEMA



Hay árboles a los que los caballos trepan y después no quieren bajar. Allí aprenden que la quietud envejece, que la velocidad vive.

 DORMIR O NO DORMIR



El Maestro Cheng Lo se ve obligado a apagar su iluminación cada vez que quiere dormir. Sus discípulos, a soportar sus ahora ignorantes ronquidos.

 THE WHITE ROOM



Los espacios blancos pueden ser llenados con cuadros o fotografías. Las personas son detalles menores, intercambiables. Al final de cuentas, un cuarto no reconocería su propia memoria después de mucho tiempo.

Los cambios, a veces, se asemejan a una inmovilidad sospechosa, quizás criminal. Como un amor que se pretende para no asumir la soledad de todo individuo.

 COSAS



Escucho los pensamientos de mi vecino y no puedo dormir. Intento transmitirle las resoluciones de los problemas que ocupan su mente.

Pero pronto piensa que me calle, que si no tuviese las dudas para adormecerse lo suficiente, no podría conciliar el sueño, dada su incapacidad matemática para contar ovejas.

Y así, mi insomnio se vuelve un pacífico sufrimiento.

 UNREAL



La realidad se vuelve demasiado confusa. Basta que uno le pase el dedo por encima para que quede todo revuelto, pedazos de cosas, emociones, impuestos, cementerios, patios de juegos chorreando pintura fresca que algunas gallinas insisten en picotear sin que mis amigos logren alejarlas lo suficiente como para dejar de sentir esta picazón que apenas me deja escribir una historia de final inconcluso y de dudosa interpretación.

 LA CASA EMBRUJADA



Paso demasiado tiempo mirando las sillas, los recovecos de las mesas, las trampas de las habitaciones. Los cuerpos me son ajenos. 

Prefiero no hablar de los fantasmas, ellos son tímidos y si intento fotografiarlos se desdibujan con un pudor que me enternece.

 A FALTA DE TRUCOS



Buscaría entre las palabras algún truco, un conejo que lograra escapar del sombrero por sí solo,  si eso me permitiese entender algo de lo que vivo a diario. Esas cosas simples como oficinas o amantes.

Pero parece que solo hay trajes gastados, zapatos sin lustrar y pañuelos floridos en una habitación rentada a nombre de otro.

 VIAJE A LA NOCHE


Puede que las estaciones pasen como un montón de árboles que son uno solo, o que el boleto indique un rumbo borroso. Que el guarda me mire cada tanto y que los pasajeros conversen en voz baja, como si quisieran que yo no supiese de qué hablan.

Solo sé que no recuerdo haber subido a este tren.

 ÚLTIMAS PALABRAS



Frenético y embravecido, el lenguaje se vuelve contra quien lo usa, como una planta carnívora que no puede ser saciada.

El silencio es arenas movedizas, en el fondo existen los cuerpos inarticulados de los que trataron de decir algo y solo pudieron suspirar una incomodidad pasajera. Una mosca que evita su destino, callando lo que sabe.

 CONJETURAS



El detective sabe quién es el culpable del crimen de Gonzales. Pero no quiere atraparlo. Piensa que nadie creerá que la solución es tan sencilla. De hecho, le molesta que todo sea tan simple. 

Espera que el asesino cometa otro crimen, algo más elaborado, algo que justifique el enorme despliegue de su inteligencia como investigador. Pero nunca sucede. 

El detective enfurecido, mata al asesino. La torpeza de sus actos provoca que sea arrestado de inmediato. Su crimen es tan sencillo que nadie duda de que sea el culpable.

 QUE NO HAYA FANTASMAS




La sangre chorrea de las paredes. De la nada, como una fuente imprevista. 

Para evitar el terror de lo sobrenatural, los habitantes del lugar matan algunos pueblerinos y fingen que la sangre es de ellos.

 CORTE




La silla permanece en la mitad de la casa. La mujer entra descalza sin hacer ruido. Tiene una tijera en sus manos. Se sienta. Con cuidado, recorta su propia figura, la silla y la casa y se pega en un álbum de fotografías que siempre lleva con ella.

Sospecha que así, será parte integral de su propia memoria. Y nadie cambiará eso. Ni siquiera la falta de la silla o la casa.

 INCERTIDUMBRE



Saca la fotografía y todo el paisaje se le viene encima, tirándolo al suelo. Trata de levantarse, de sacarse encima horizontes y jardines y peatones y automóviles, pero la fatiga lo vence y se queda dormido.

La fotografía queda suspendida, sin revelar, como si el mundo fuese un parpadeo que no termina de permitir que el ojo sepa qué es lo que está por venir.

 LA LARGA MARCHA



El piano se cae por las escaleras tocando una melodía dramática, quizás un pedido de auxilio. Destrozado, llega al final y se limita a interpretar una tenue marcha fúnebre.

Se deja escuchar un aplauso de los testigos que las teclas agradecen inclinándose en una conservadora danza en blanco y negro.

 LA BATALLA DEL SIGLO



La ventana estalla cuando el zeppelin hace su entrada. Los pasajeros se inquietan y gritan. El capitán hacen un rápido movimiento para esquivar lámparas y armarios. 

Pero no espera que yo declare la guerra definitiva arrojando una almohada que lo impacta de lleno. Ha sido un hombre valiente lo reconozco y quizás yo un cobarde.

Pero ¿Qué tiempo queda para valoraciones cuando los primeros tanques empieza a emerger debajo de las puertas para el contrataque?

 ALZAMIENTO



El niño descubre que el monstruo en la habitación no es otro que él mismo. Esboza, entonces, su primera sonrisa.

 INCONVENIENTES DEL ARTE MODERNO



Cuando el clavo se suelta de la pared, el cuadro queda colgando perfectamente simétrico en al aire. El museo, por otro lado, se derrumba por completo y los empleados de limpieza aseguran que no podrán hacer su trabajo a tiempo para los turistas que pretendan visitar la exposición por la mañana.

 VUELTA A CASA



Los fantasmas no saben qué hacer cuando los ocupantes de la casa se van de vacaciones. Vagan inútiles, tratando de provocarse sustos entre ellos. Se arrojan cosas. Desordenan.

Luego, cuando llega el último día, acomodan todo. Horas después cuando los ocupantes regresen, verán qué reluciente está la casa, se sentirán frescos, seguros.

Será entonces, que el primer plato sobrenatural volará para reiniciar la rutina.

 DILEMA Y DECORACIÓN



El cazador busca la mejor presa, ¿y qué mejor presa que uno mismo?. Por eso permanece insomne, con la mano en el gatillo de su escopeta, la cual se apunta a su mentón. Si dispara, su logro será mayúsculo, pero no tendrá a quién contárselo. Si no presiona ese gatillo, será el fracaso de los de su clase.

Harta del dilema que impide continuar con la vida misma, la esposa del cazador zanja la cuestión entrando súbitamente a la habitación y vaciando el cargador de un revólver sobre el insoportable dubitante. 

Días más tarde se relaja, sentada en su sofá, con su nueva alfombra, cuya piel ha sido delicadamente zurcida para obviar los seis agujeros previos.

 CORO



Alguna vez no estuvo acá. Lo supo y no le importó demasiado. Pero lo confundió no estar en otra parte. Como si ser dos nadas completamente separadas fuese alguna clase de anécdota de esas que no se le cuentan a nadie.

Pero tampoco es que hubiese nadie allí para contárselas y, de alguna manera, eso lo hizo sentir peor aún, como si, en cierta forma, él también fuese parte de ese todo inexistente que asfixia con su presencia.

La completitud absoluta y olvidable del vacío.

 DESNUDO ES NUESTRO HORROR


Le dijeron que bailara como si nadie lo estuviese mirando. Lo hizo. Pero en algunos giros, en algunos reflejos, casi creyó poder descubrir los ojos vacíos de millones de fantasmas, de millones de muertos, entonando la más monótona de las melodías.

 LEJOS DE AQUÍ



Los hombres son perseguidos por memorias, pero solo alcanzados por olvidos. Los sueños son calles por las que se vaga y tiendas de ropa con ofertas en productos que brillan demasiado. Encarnaciones lumínicas, empleadas de sonrisa fácil, la noche interminable.

Un paisaje donde los ojos pasan ante sí mismos como fotografías inacabadas, como retratos velados que cuentan parte de la verdad: el extraño siempre es el nativo de su propia tierra.

 ANCLA



Permanecemos manchados en las sombras de cuartos de dimensiones impasibles. Solos y perdidos, tratando de descifrar el vacío de las puertas, el eco de los picaportes. El corazón es un flujo, 

la ciudad es un frío abrazo y dejamos atrás las señales.

La oscuridad se parece demasiado a la luz, ahogados en el amor, escribimos cartas en blanco, todas ellas, réplicas de la esperanza que a veces logra filtrarse como el sonido de la lluvia o de un peatón que se quita el sombrero parar respirar hondo un instante.

 TODAS LAS VERDADES




Guardo los lápices en su caja sabiendo que seguramente alguno de ellos se va a escapar cuando no esté atento. No sé cuál será. A veces ni recuerdo cuántos son o sus colores. He probado contarlos o hacer anotaciones en un cuaderno, pero ellos se cambian de lugar o modifican mi letra.

Me hacen escribir cosas espantosas, que yo nunca diría. Pero ninguna goma se siente capaz de borrarlas y así, la verdad queda sujeta a la interpretación de un observador que poco sabe de la vida interna de los objetos.

 IRREVOCABLE



La mirada se pierde en un largo estertor. ¿Es el objeto el que me produce esta dislocación de emociones o es el observador quien teme perderse en lo que se le presenta, en forma irrebatible, como un conjunto de formas y colores?

Luego es tomar la jarra para servirme el agua y sentir que algo de mí se ha roto irrevocablemente  al incurrir en esta voluntad sometida a lo concreto. Conversaciones en otras habitaciones de la casa. Nadie que se haya dado cuenta de lo que pasó.

Retomar la naturalidad y caminar sin mirarme los zapatos, como quien ha cometido un crimen que no tiene perdón.

 LO QUE ARDE



Estaba en una habitación, soñando con la habitación. Me despertaron unos gritos. Algo se incendiaba. Quizás era la habitación misma. Quizás era yo el que gritaba para despertarme.

Sé que alguien corrió y escapó.

Pero otro se quedó y sigue soñando, diciéndose que mientras no despierte, nunca morirá realmente.

 PICNIC




Si corro lo suficientemente rápido, ¿podrá alcanzarme mi sombra? ¿Me dirá otra vez que de aquí nadie sale vivo?

Prefiero no correr riesgos. Le doy unos dulces que ella acepta con cierta condescendencia. Le gustaría murmurar terribles presagios, pero no lo hace.

Envoltorios de bombones se amontonan a nuestros pies. La calma antecede a la tormenta, pero también es la única que otorga la sensación de que quizás, sí, se pueda correr más rápido que cualquier fatalidad.

 EL CICLO DE LA VIDA



Los caballos se sacan de encima a los jinetes y se arrojan sobre el público del hipódromo, los destrozan a dentelladas. La policía se mantiene a distancia, quizás esos hombres de uniforme gastado y pistolas con el seguro puesto siempre supieron que algo así podía pasar. 

No tardan mucho en hacer apuestas sobre la cantidad de las víctimas totales. Se le unen los paramédicos, los bomberos, público ocasional que pasa por el lugar.

Las ventanillas del hipódromo rebozan otra vez.

 LAS ÚLTIMAS SORPRESAS



El país de las maravillas ya no deja entrar a lo increíble. Solo lo posible parece atraer a los turistas que fatigan cámaras de fotografías a repetición.

 QUIEN SABE DEMASIADO



Hay una avispa que va a quedarse no importa cuánto humo arrojen al avispero. No va a morir. No va a contar lo que vio. 

Por eso vendrán de todos los lugares de la Tierra para intentar matarla.

 ANTE CUALQUIER DUDA


Los senderos se parecen a quienes los domestican. Si sabemos dónde ir, entonces, no estamos yendo realmente. La ilusión del movimiento se puede sofocar rápidamente, disparando al primer zapato que se vea.

 POR SIEMPRE Y SIEMPRE



El gran show ya comienza. Nadie se queda afuera. Nos miran desde los palcos, por las ventanas, por agujeros en el techo o las paredes. Somos observados, pero nosotros también observamos. 

La tortura de la quietud quizás sea el peor tormento. Pero si alguien se mueve ahora, quizás sea el fin de todo el espectáculo y, ¿Cómo irnos cuando esto recién empieza?

 PRIORIDADES



¿Alguien se acuerda de la última cara que vio? ¿Alguien sabe por qué llamarse hombre o asfalto? Cuerpo como protesta. Imposibilidad. Lo último es lo primero. Y lo primero, dejar que los caracoles corran libres.

 REPENTINO



Me llega todo junto, como un golpe, como una certeza. Todo está fuera de mis manos. Nombres, zapatos, maletines, automóviles, casas y el viento. El viento como un caballo furioso, mordisqueando un jinete sorpresivo.

 ÚLTIMO DESEO



El capitán ordena hundir su barco para meterlo en una botella y luego encastrar, contra todo pronóstico, el corcho desde adentro.

Después los inconsolables deudos lo pondrán en una repisa, a resguardo del tiempo, pero no del polvillo.

 CAPERUCITA NUNCA SUPO LO QUE PASÓ



El lobo es el bosque, el bosque es la fantasía de la niña descalza con las manos ensangrentadas sin recordar por qué. El llanto. La casa vacía. Los cuerpos apilados como escaleras al cielo.

 YA ES TARDE



Cada vez que voy a un funeral sospecho que el muerto finge y que va a levantarse y que va a decir que todo fue una broma. Pero hasta ahora nunca ha sucedido.

Mis días son un continuo aburrimiento donde me limito a enterrar los ataúdes donde, ya tarde, algunos gritan que están vivos, que los saque, que nada. Ya perdieron su oportunidad.

 DECISIONES DIFÍCILES



La encrucijada es clara. La derecha lleva a un lugar espantoso plagado de monstruos. La izquierda conduce a mazmorras de tormentos indescriptibles.

El viajero se queda inmóvil sin saber qué hacer. Sabe que si vuelve atrás, le espera otra vez ese infierno cotidiano: la familia y el trabajo.

 RECLAMAR LO QUE ES DE UNO



Todos los días el espectro hace su aparición en la casa. Permanece allí unos momentos y luego desaparece hasta el día siguiente. El dueño de la casa, espectro también, se queda sentado en su sofá, sin pagar la deuda que le es reclamada y se desvanece en la avaricia de los siglos que, según parece, continuará por siempre.

 101



Los fantasmas del hotel dicen que es imposible vivir en la habitación 101. Como todo el mundo sabe que esta embrujada, ya nadie se la toma en serio. Si los objetos vuelan por los aires, los huéspedes aplauden. Si las paredes se cubren de sangre, los adolescentes dan grititos de satisfacción.

¿Cómo es posible, se preguntan los seres del inframundo, sostener una reputación cuando absolutamente nadie da aunque sea un alarido de espanto?

 EL HORROR




Creí que la muñeca de porcelana se acercaba cada vez más. Como si el ineludible destino del más absoluto terror se estuviese haciendo presente en sus delicadas formas producto de fábrica.

Pero no, hoy me di cuenta que el que se acercaba era yo. La muñeca, al comprender la naturaleza de lo irrevocable, huyó gritando, dejando sus pequeñas huellas en el piso de la casa.

 HASTA NUEVO AVISO



No entiendo cómo es que ayer es hoy también y que mañana, mañana no se encuentra disponible. La suscripción fue cancelada por falta de espacio en lo posible.

 PANTALLA


La sombra de una sombra se reconoce por la persistencia en encoger un cuerpo hasta que entre fácilmente en un gabinete de curiosidades de un tipo sin nombre que vaga por ciudades de seres anónimos, fóbicos a la dignidad de los sombreros.

 DÍAS EXTRAÑOS



Nunca se le debe robar el día a un pistolero. Nadie sabe lo que le deparan las noches de insomnio.

 FICCIÓN DE LAS ALEGRÍAS



Una meticulosa planificación no necesariamente va a evitarnos despertar repentinamente en un circo improvisado, donde no sabremos si somos el público, los payasos, o los trapecistas.

 ANÓNIMATO



Las estatuas fingen pensar, aún en su quietud. Nosotros escuchamos sus pensamientos como si fueran fantasmas, pero también fingimos.

 EXPRESIONES DE LA MEMORIA




Tanto tiempo pensando en la abstracción de los lugares, de las cosas, que no sé cómo concretar algo en particular. Un fastidio que me produce decantarme por la metáfora que no termina de nombrar nada.

La sensación de que un gol de mitad de cancha es un acto tan inútil como un avión cruzando por un cielo nublado.

No hay postales donde la memoria sonría, sin embargo, tengo la sensación de que su firma está al pie de todo paisaje. Equivocando la fecha como si fuera un juego infantil de esos que no tienen fin.

 AVENTURA DEL PERRO


Al cruzar la calle, el perro se lanza sobre mi pierna y me muerde como si ya no fuese a soltarme. Pienso que conozco a este perro, porque un perro es, de alguna manera, todos los perros que uno haya visto o la idea misma del perro. El dueño no aparece por ningún lado. Quizás no sabe de propiedades o la indecencia de la irresponsabilidad es su modo de vida.

Las noches se acostumbrarán al dolor, la cama adoptará otra forma. La duda quedará: ¿le pertenezco al perro o el perro me pertenece?

El veterinario no está seguro y nos receta inyecciones para ambos.

 LA BATALLA DEL TERRITORIO



El mundo es invadido por el deambular bulímico de los lugares. Son las cosas las que pasan a través de nosotros. Somos deconstrucciones fantasmales. Fisuras parciales del tiempo y el espacio.

Ropa vieja que palpita desde el placard hasta el cuerpo. La posibilidad, también, de correr desnudos en el rescate de un anonimato callejero.

Fugitivos que la policía abraza como si el amor fuese este intercambio de vínculos en fuga.

 DESFASAJE



Me dicen que espere y que ya lo veré. Veo muchas cosas, pero no sé si las indicadas. Si me preguntan digo que ya lo vi todo. Me toman, entonces, por una suerte de engreído con el que es mejor no hablar.

Me quedo solo. Entonces grito que ya lo veo, sí, ya lo veo. Pero tampoco yo me escucho lo suficiente creíble como para que me importe.

 ELLOS



Están haciendo otra vez sus juegos en mi cabeza. No sé quiénes son, así que no podría decir si van ganando o quizás yo voy perdiendo. No comprendo mis reglas.

Si me duermo, tal vez me despierte un grito de victoria o un lamento de derrota. Cuando me despierte, no tendré recuerdo de esto.

Solo la sensación de que alguien debe limpiar un poco el lugar, quitar el papel picado, los vasos vacíos de cerveza, las banderas de algún bando que puede o no vernos a todos como el enemigo.

 QUIEBRE EMOCIONAL



En nuestro pueblo tenemos la costumbre de arrojar pedradas a los forasteros que pasan por los caminos que nos circunscriben. Si el forastero muere, nos embarga un terrible pesar, una tristeza inconsolable. Si logra huir ileso, somos presa de una alegría que apenas si podemos llegar a describir.

Por otro lado, no sabemos qué sentir si se trata de un forastero que responde a nuestras piedras con pistolas de grueso calibre.

 THE OLD SONG



La diferencia de los segundos es imperceptible, incluso de los minutos y casi se podría decir que de las horas. Algunos podrían decir que los años son un asunto completamente distinto.

Pero ¿acaso se siente diferente quien muere en este instante a quien lo hizo cien años atrás?

 DECORACIÓN



Hace años que no me muevo de mi lugar. No sé si alguien espera que lo haga ya que no estorbo realmente el paso. Podría decir algo, pero sería casi como un desplazamiento. Incluso respiro lo menos posible para no perturbar mi quietud. Sé que me acerco a la iluminación de mi conciencia, a un momento trascendental.

Llegará el momento en el que comprenderé el todo. Seré, entonces, el más útil adorno de esta casa oscura, poco estética.

 PALABRAS



No hay quien entienda lo que dice Barton. Quizás profiere amenazas o nos insulta. Es imposible descifrar su lenguaje hecho de cuchilladas, de pistoletazos certeros, de golpes contra las cabezas de los transeúntes.

Puede que esté implorando piedad. Pero queda poca mecha de la dinamita que se ató a su pecho y, mientras huimos, poco podemos preocuparnos de los vericuetos semánticos de su discurso.

 RETORNO



Escucho la llegada de la ventana, con su lento arrastrar de cortinas, de persianas que quizás ya habían desistido de todo pero que aún así dan un último respiro a sus ansias. Se encaja en la pared sin decir nada. No me animo a cuestionarle las noches que han pasado.

Eso sí, permanece cerrada en franca resaca.

 AZUL


La temporada de lluvias de paraguas siempre es peligrosa para la siembra de sombreros.

 EL TIEMPO PASA


El reloj de arena teme que las arenas comiencen a moverse, que se traguen a sí mismas, que el tiempo mismo tropiece y lo que, originalmente iban a ser unas tranquilas vacaciones, se conviertan en una tragedia sin remedio donde haya que dar parte a la policía, la prensa y otros males de las sociedades que avanzan sin realmente moverse ni un centímetro.

 DEATH´S DOORS


Las pálidas puertas siempre están abiertas. Los jinetes las cruzan, pero los caballos se quedan en el umbral, son seres a los que no les agrada la incertidumbre. 

Los pastos parecen tan verdes. Un ramillete de animales que cabalgan ahora solos. Libres construyen el amanecer, la oscuridad más profunda antes de la última luz.

 HORROR MAGIC



Errático, el mago no sabe lo que saldrá del sombrero cuando saque la mano. Lo que está allí no se parece a un conejo, tampoco recuerda haber puesto uno.

Pero el público permanece expectante y algo en su mano late, como hambriento.

 SEGUIR ADELANTE



Nuestra aldea suele ser destruida por terremotos, inundaciones y toda clase de catástrofes naturales o invasiones extranjeras.

Pero ya hemos resuelto la forma de seguir adelante. Luego de cada desastre buscamos al primero de los niños que aún mantenga una sonrisa y le damos unos crayones. Él dibuja de nuevo la aldea y nuestro futuro.

Sin temblores o nubes a la vista.

 HOMBRE EXPLICADO



Estuvo esperando mucho tiempo esa idea que justificara todas las otras. Pero solo lo alcanzaron memorias maltratadas que conjuraban una historia pérfida en sus vacíos.

Quizás por eso cuando escribía sus pensamientos en un papel, no se entendía nada de su letra. O cuando hablaba todos esperábamos pacientes unos subtítulos colgando del aire.

 NADIE ES NADIE



La identidad de lo pasado se presiente bulímica y primitiva. Ecos cóncavos de un cuerpo abandonado. Figuras de pasos que se trazan como el polvo en comitivas indescifrables.

¿Quién quiere entender lo que ya no importa? Lengua muerta, sonido arrojado a los fósiles.

La energía siempre es nueva, lo viejo se sostiene por nostalgia no por necesidad.

 IDEA DE LO MÓVIL



Los dedos trazan la mano, la figura del movimiento que se une a la posibilidad de una caricia. El cuerpo es un extraño. Un conjunto de átomos perdidos que actúan como reflejo desdoblado hasta luego desaparecer.

Apoyarse sobre una superficie se convierte en una conquista, un continente nuevo, listo para ser cartografiado.

 ENTRE TIERRAS



Es difícil apreciar cuántos trenes se necesitan para construir la noche. Cuántos polizones para describir un asiento vacío.

Boletos picados por un desconocido. Objetos olvidados que se arrastran con vida propia. El sonido que es también el humo.

La estación que se esfuma como si viajar fuese un rito inalcanzable.

 EL CARTERO QUE NO GOLPEA NI UNA VEZ


Toda primera vez es la segunda. Pero es que nunca recordamos lo que pudo haber pasado o lo que pasó o lo que pasará. Confiamos en el tiempo, como una debilidad, como una forma de no tentar demasiado a la suerte.

La tercera quizás sea la vencida, pero no nos encontrará. El cartero se quedará inmóvil, con sobres vacíos, con perros ladrándole a la nada.

 FAUNA MORTAL



Los árboles come hombres devoran a sus presas con una facilidad pavorosa. No sirve de nada intentar talarlos. Sus troncos se han hecho invulnerables.

Quien quiera vencerlos, deberá recitar el alfabeto equivocadamente, para que los árboles piensen que no es un hombre.