ÚLTIMAS PALABRAS
Frenético y embravecido, el lenguaje se vuelve contra quien lo usa, como una planta carnívora que no puede ser saciada.
El silencio es arenas movedizas, en el fondo existen los cuerpos inarticulados de los que trataron de decir algo y solo pudieron suspirar una incomodidad pasajera. Una mosca que evita su destino, callando lo que sabe.
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