ANCLA
Permanecemos manchados en las sombras de cuartos de dimensiones impasibles. Solos y perdidos, tratando de descifrar el vacío de las puertas, el eco de los picaportes. El corazón es un flujo,
la ciudad es un frío abrazo y dejamos atrás las señales.
La oscuridad se parece demasiado a la luz, ahogados en el amor, escribimos cartas en blanco, todas ellas, réplicas de la esperanza que a veces logra filtrarse como el sonido de la lluvia o de un peatón que se quita el sombrero parar respirar hondo un instante.
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