miércoles, 23 de julio de 2025

 EL HOMBRE QUE VIMOS


Por la tarde, un hombre de cabeza desproporcionada y ademanes torpes, entró al cuarto. Lo observamos confundidos, porque jamás lo habíamos visto con anterioridad. Intentamos hacerlo hablar, pero fue en vano. Él se limitó a sentarse en una silla y quedarse allí, sumido en profundos pensamientos. Al caer la noche, se levantó, nos observó con tristeza y se marchó de la casa, sin darnos una explicación.

Al día siguiente, vimos una foto en el diario y una nota sobre un hombre que se había suicidado. Era él, por supuesto. Jamás entendimos nada de lo sucedido, pero desde entonces no hablamos aunque nos fuercen. Vamos sin rumbo, como muñecos torpes, sentándonos de vez en cuando en cualquier silla al alcance, sumidos en nuestros propios pensamientos.

 UN BLANCO PERFECTO


Tenso el arco. El silencio nos invade. Todos guardan el aliento, porque saben que voy a acertar justo en el blanco. Sin embargo, lo irreal sucede. Al disparar, la flecha se proyecta hacia delante hasta perderse en el horizonte y, luego de un tiempo que se hace elástico, imposible, me da de lleno en la nuca. Algo de maravilloso hay en todo esto, algo de divino, eso me gustaría pensar.

Pero la hemorragia y la inconciencia me impiden participar de este pequeño milagro, vivamente aplaudido por todos los presentes.

 THE EGO PARTY


Me humillaba estar allí de pie sin saber qué hacer más que hablarme a mí mismo, en medio de la algarabía de los invitados y las mesas repletas de fuentes con comida que algunos se zampaban impunemente en sus fauces.

Pero alguien en la puerta me había dicho que al entrar al cuarto sólo hablara con los invitados que estuviesen a mi altura.

 HILOS QUE SE VEN


Sus pies no tocan el suelo. Pero no hay nada mágico en el asunto. Sólo se trata de saltos excesivos. Cuando él lo explica, no puede evitar que la gente lo mire con menos aprecio.

Como cuando cruzamos en la calle un mimo y nos invita a hablar de nosotros.

 NARCISSISTIC CANNIBAL (QIN SHI HUANG’S LAST DREAM)



El último espacio aguarda para absolver al tiempo. La muralla que crece, la muralla que es cada cuerpo, que late con las manos que la construyen. La dura mirada de terracota. Quemar todo pasado en particular, sabiendo que renacerá para perseguir cada una de las habitaciones de este palacio en el que se cree escapar de la muerte. Pero por las ventanas también se vislumbra la noche y se escuchan a los sirvientes susurrar. No se duerma, Emperador, porque quizás sus ojos no vuelvan a ver.

El último suspiro cuando se cierra la tumba. Protejan guerreros, a quien ha sido derrotado antes del primer movimiento.

 ROSENROT


Sólo a través de la espina se llega a los labios. Dentro es cuando el invierno llega. Quizás no quiero hacer este camino, quizás el beso de una rosa anuncia el suspiro de la sangre. Pequeñas estrellas apagadas en mi mente, el corazón del fuego es tan frío como para rasgar la piel de la tierra.

Hombres cansados cuyos rostros no puedo discernir. Algunos me saludan como si me conocieran de siempre. Si me detengo a hablar con uno de ellos, no sé quién está avanzando y quién regresando hacia dónde no volver.

 STIRB NICHT VOR MIR



A veces solo sé que esto no existe. A veces alguien cree que sí. Y puede que me pregunten, porque lo harán, es seguro que lo harán. Y diré que ya no sé nada, ni quién soy, ni dónde está lo que alguna vez estuvo. ¿Quiénes son ustedes?, les diré. ¿Quién pregunta?, me responderán. ¿No conocimos alguna vez algo real? Porque aún en la duda sabemos que en un tiempo fuimos nosotros y pudimos nombrar las cosas.

Y no había que preguntar nada más, solo estar aquí, donde los lugares eran lugares y el perfil de una sonrisa iluminaba el lugar.

Pero cuando se han apagado las voces, solo quedan los sueños, de los que se despierta para olvidarnos.

 TODO POR AMOR


Ella me pidió la luna y le dije que se la traería. Diez millones de selenitas masacrados después, aquí, en estos fragmentos de satélite explotado, mi amor, mi promesa está cumplida.

 LA BUENA GENTE


Me esperan en la puerta de mi casa. Me dicen que mejor no salga porque hoy será un día amargo. Les agradezco y vuelvo a entrar. Me escapo por la ventana. A las pocas cuadras escucho las sirenas policiales.

 PERDIDA MI VOLUNTAD


Me elevo por un túnel donde una luz muy blanca me da de pleno en los ojos. Quiero resistirme al principio, pero todo es inútil. Me balanceo en el aire. Escucho aplausos que se van apagando mientras el mago me acaricia la peluda cabeza. 

 PUJAR


Pensaba en el mundo y aquello lo desvelaba. Si el teléfono llamaba su atención, lo miraba pensativo y se negaba a atenderlo. Quizás podía ser la muerte. El horror, el asco lo dominaban todos los días. Por eso reforzaba sus defensas. No era un desquiciado, sólo se trataba de un hombre con un plan.

Por supuesto que, pese a todo, no calculó el resquicio de la puerta y la capacidad de la muerte para usar un telegrama.

 DULCE MUÑECA


Ella no parece demasiado entusiasmada, pero la beso. Su cara compungida dibujada casi con descuido refleja su desagrado. La suelto y me doy cuenta que no habrá segunda cita: se ha quitado a si misma el precinto de seguridad para desinflarse lo más rápido posible.

 OCTAVO B



Mi romance con la bailarina no prosperó. Ella se paseaba todo el día por el departamento dando saltitos descalza. Yo trataba inútilmente de agarrarla en alguno de sus vuelos, pero fracasaba estrepitosamente. La mayor parte de los días yo no hacía más que terminar en el suelo, herido por el golpe contra algún mueble inoportuno. Ella, por su parte, sólo se dedicaba a su arte y exageraba cada vez más sus giros y especialmente sus largos saltos.

Pero no, no fue por despecho sino por descuido que dejé el ventanal abierto de par en par.

 ENCUENTRO DE ALGUN TIPO



Cuando desperté, descubrí que un hombre me observaba atentamente. De inmediato supe que era un fantasma o un sueño. La explicación del evento, en cualquiera de sus variantes, era obvia. El hombre parecía tan sereno como yo y permanecía en silencio. Quizás pensaba que yo podía ser también un espectro o alguna simple fantasía onírica.

Era temprano para ir a la oficina y supuse que tendría un tiempo para meditar sobre las implicaciones metafísicas del asunto, pero entonces mi mujer entró al cuarto y lo interrumpió todo. Supe que no sería difícil que comprendiese la fenomenología del hecho, pero sí complejo explicarle por qué aquel hombre y yo permanecíamos desnudos en la cama, tiernamente abrazados.

 BICHOS



¿Cómo combatirlas? ¿Cómo soportar verlas cuando emergen de la oscuridad de la cocina, del baño, o incluso del cuarto? ¿Cómo tolerar la idea de que puedan tocarnos incluso por accidente?

Madres, abuelas, tías mal maquilladas que nos regalan calzoncillos y medias en cada cumpleaños.

 ELLA ME CONOCE BIEN (MOONLIGHT DRIVE MIX)



Paredes de papel en ensueños, bajo un sueño japonés, escribiendo nuestra historia en la caligrafía de la piel que se sabe cálida brisa. Somos dos que desconocen la apelación del final, sabemos ser quiénes somos.

La amo y ella lo sabe. Las palabras son tinta que pronuncia nuestro nombre en la elipsis de una luna imaginada que amortigua el pasado que no necesitamos.

La noche susurra y nos besamos tenues bajo el vértice de un haiku que nadie conoce.

 BAJAN



Salgo de mi departamento y como el ascensor no funciona, me decido por las escaleras. Sin embargo, estas no parecen terminar nunca y doy vueltas y vueltas sin llegar nunca al piso de abajo.

Horrorizado descubro que cien escalones más abajo descansa un esqueleto polvoriento.

 COSAS QUE PASAN


Cada vez que había un corte de luz en el Museo de Cera de Madame Olga, la estatua de Casanova desaparecía, ocasionando búsquedas desesperadas, pequeños escándalos, revuelos.

Se la encontraba más tarde, seduciendo fogosamente a unas cuántas velas que los empleados encendían para iluminarse un poco.

 SOMOS YO



Sherlock Holmes golpeó la puerta. Un hombre pequeño y mal vestido lo hizo pasar a él y a sus dos acompañantes, Watson y Lestrade. Cuando los tres estuvieron en un viejo salón en desuso, fue Holmes el primero en hablar.

-Usted me invitó –dijo-. Seguramente para exponer su macabro plan.

-Así es –dijo el hombre sin inmutarse-. Están aquí para contemplar cómo cometo un crimen tan perfecto que ni usted podrá resolverlo.

Todos permanecieron en silencio, estudiándose unos a otros. La batalla mental entre aquellos hombres prometía extenderse durante horas. Pero Lestrade, impaciente, sacó su revólver y disparó sobre Holmes y sobre el hombre.

-Alguien tenía que silenciar a esos pedantes –aprobó Watson.

El doctor no lo sabía, pero debajo de las facciones de Lestrade se escondía Holmes, maquillado hábilmente.

Lestrade no lo sabía, pero debajo de la de Watson, también.

 VARIACIONES SOBRE EL ARTE DE NO DECIR NADA



La resistencia inútil de pensarse en la flor de lo pretencioso. Creer de algún modo que juntar palabras tiene efectos irrevocables. Pero no, no los tiene. Existen efectos de causas demasiado previsibles. Está la posibilidad de hacerlo todo mal y después fingir premeditación.

Porque aunque el tiro se nos no haya escapado accidentalmente, aún así existe la posibilidad de haber cometido el crimen perfecto.

 CURVATURA DE LOS ÁNGELES



Lo siento en mis manos, lo siento en mi cuerpo. Escucho el silencio, escucho la perfección del ruido y sé qué en todo bosque se esconde la oscuridad.

Presiento que voy a escapar del suelo, pero las alas también cortan la piel, la membrana descubre la sangre. Es que mi garganta está seca, es que mi garganta es un hueso afilado que llama al desierto.

Abro mis ojos, mutilando la única lágrima que queda, río al pensar en el miedo. Grito, pero mi boca es una extraña mariposa que permanece clavada a una pared toda blanca.

 HISTORIA DEL MUNDO Y SUS ADYACENCIAS



El mundo es creado y luego el olvido. A lo lejos algo parece explotar y las criaturas miran hacia allí. En medio una capa de polvo cubre la superficie de los hielos. El frío no existe más que en la mente de un pequeño esquimal que persigue una foca en el fin del mundo.

Las criaturas miran otra vez al mundo. El olvido surte su efecto. El esquimal arroja su arpón, pero la foca abre su boca y se traga el mundo por completo.

 LOS LOBOS TAMBIEN SABEN ASAR CERDOS



Las ratas se detuvieron. El flautista vaciló. Por un momento, la única música que se escuchó fueron chillidos y el rumor del agua en el abismo.

Luego, alzadas en sus patas, las ratas soplaron y soplaron, hasta que el flautista cayó haciendo apenas un ruido sordo en la lejanía.

 LO MISMO EN LA VIDA QUE EN LA MUERTE



Su afición al dinero continuó aún en la muerte. Así que cuando vio la barca de Caronte, preparó dos monedas falsas para pagar. El barquero tomó lo que se le daba y le indicó que subiera. El viaje fue largo y silencioso. Cuando llegaron a tierra, Caronte le hizo una seña para que bajara, ya estaba en la última morada de los muertos.

Al dar los primeros pasos encontró un enorme palacio de cartón pintado. Árboles de papel. Ridículos animales de telgopor.

 LAS TRINCHERAS



En cualquier lugar del perímetro puede haber una mina enterrada, o varias. El sargento se lo avisó a todo el mundo pero nadie quiere prestarle atención. Los soldados rasos se pasean bebiendo cócteles con ridículas sombrillas y los de más alto rango comentan el calor insoportable de las batallas en países subtropicales. Los mozos, por su parte, no se acercan al jardín y el patio está cubierto de desprevenidas gaviotas.

Puede ser que antes de que se sirvan los postres, se escuche una terrible explosión, tal vez un grito desesperado. Pero ya ha entrado la hija del general y todas las miradas se dirigen hacia su diminuto vestido azul.

 EL HUÉSPED


El espanto que nos convoca a casa es el mismo que tal vez nos hace salir de ella. Alguien duerme en nuestras camas y se toma nuestra sopa. Ir o volver no soluciona nada. Revisar todos los pisos tampoco. En alguna parte siempre encontramos unos cuantos ricitos de oro, pero sólo eso. Ha sido en vano cambiar las cerraduras.

Todo esto nos parece de lo mas extraño. Nuestra madre cada día cocina peor.

 EL SOLITARIO



El muerto se ve tan pequeño, tan frágil en su pequeña caja de madera. Casi parece nostálgico de que alguien del velorio lo toque.

Sin embargo, sería incapaz de arruinarles el día pidiéndoles que lo abracen, o que al menos cierren la tapa y lo dejen solo de una vez por todas.

 LA VIDA VEGETAL



Suavemente suspiran los árboles. Agitan sus ramas y si no hace mucho calor corren por el campo evitando vacas y niños que intenten perseguirlos con palos o arrojarles piedras.

Cuando llega la noche se acurrucan en algún lugar lejano. Dejan unos pocos frutos y siguen su rumbo al día siguiente.

Si se sienten solos, prueban entrar a alguna casa y se quedan de una a dos semanas quietos en una maceta cualquiera.

 VACACIONES EN TEBAS


La encontré al borde del muelle. Era la mitológica criatura de la que tantas veces había oído hablar. Su estampa era magnífica. Me acerqué decidido y, antes de que ella pudiese decirme nada, le dije:

-Es el hombre.

-¿Qué? -dijo ella.

-La respuesta, es el hombre.

Me observó unos instantes y frunció el ceño.

-¡Esa es la esfinge, imbécil! -gritó con odio.

Luego, con un violento movimiento de su cola, la sirena se arrojó al agua.

 CIELO



Bruno cargaba un cielo enorme entre sus manos. Era un cielo de los más diversos colores y Bruno nunca lo dejaba solo en casa, no fuera que se lo robaran. Así que iba de un lado al otro con él, apenas tocando el suelo. Era un tipo que odiaba dar explicaciones y que otros las buscaran donde no las había.

Cuando murió nadie supo qué hacer con esa sombra de figura retórica que cubrió el lugar donde antes estaba el cielo.

 RETRATO



En el medio del desierto hay una casa, una casa que siempre ha estado ahí. Una casa que nadie ha visitado nunca. En ella vive un hombre que espera. Es difícil saber lo que espera, porque jamás se lo ha dicho a nadie. Pero es fácil intuir que lo que espera ya está ahí, justo en la casa. La casa en el medio del desierto.

Y solo por eso, es que decide seguir esperando, seguir esperando, seguir esperando.

 ROJAS



Melania habla y yo sigo el movimiento de sus manos que parecen crecer a medida que desplazan el aire y enfatizan algunas palabras, para luego disminuir cuando desmerece otras. Palabras más frívolas, tal vez. Palabras que Melania consiente en pronunciar a duras penas, palabras de las que ya se arrepiente aún antes de haber pensando en ellas. Luego se calla y mira pensativamente el suelo. Parece preguntarse quién va a barrer todos esos adjetivos espantosos. Qué dirían los vecinos si vieran esas letras indescriptibles que por descuido dejamos por la alfombra, esas letras que ningún abecedario decente aceptaría tener entre sus filas.

 MÁS ALLÁ


Después que se cierra la puerta, Alicia me dice que ya no podremos salir nunca. Que todo desapareció. Absolutamente todo.

-Pero, eso no es cierto -le digo.

Ella se ríe. Qué tonto soy en sus manos, pienso.

-Podés comprobarlo -me dice.

Cuando abro la puerta veo un punto blanco frente a mí. Y nada, pero nada más.

 LA INEVITABLE O NO TANTO MUERTE DEL CORONEL GELLARD



-¿Te diste cuenta de que vamos a estrellarnos? -preguntó el coronel Gellard.

-Sí -respondió Harold, con total serenidad.

Gellard miró a su chofer. Quizás nunca lo había admirado tanto en su vida. Cuánta serenidad, cuánta sabiduría ante el desastre. Cuánta pericia para resolver una situación que para cualquier otro hubiese sido insoportablemente compleja.

Luego chocaron con violencia inaudita.

 NOSTRADAMUS


Me dijo que caeríamos pero no quise escuchar. Entonces dio una violenta patada y la plataforma se derrumbó. Me dijo que me lo había avisado. Luego confesó que era la mejor forma de que la gente creyera en sus profecías.

 CONTEMPLACIONES DEL CHANCHO



El grito se propaga entre fantasmal y aterrador. Lo matan porque no sabe defenderse. Puede que alguno de sus compañeros lo vea en su última hora. Pero tal vez ese testigo impasible crea que las patas cortas no ayudan en ninguna huida. O que la mugre es también una forma de dignidad que perdona cualquier final.

Si se vieran uno al lado del otro, quizá, colgando de ganchos en el techo de un restaurante de moda, finamente enjamonados, pensarían que, con el tiempo, incluso la muerte no es más que otra forma de estar aburrido.

AL FINAL


No recuerdan nada de lo que digo, ni se molestan en guardar pedazos de mi memoria o la de otros. Al final todo parece mezclado y no son las copas de más o lo tardío de la noche. Vamos tan lejos como podemos, pero la casa es siempre la misma. Debería saberlo de antemano y no sé quiénes somos ese nosotros que parece perseguirme todo el tiempo. No quiero adjudicarle nada a la paranoia o a los fantasmas que me revolotean. No quiero pensar en nada.
Temo que cuando se apague la luz, algo de todo esto sea real.
CONTINUIDAD DEL EGO


Se quita un cuerpo, queda otro menos real. ¿Cuántos pueden amontonarse en un cuarto vacío? Sin que nadie los encuentre, sin que nadie se queje con las autoridades correspondientes. Sin que se llame a padres, tutores, encargados, policías, represores, presidentes, generales. 
¿Se pueden reconocer una vez apilados? O ¿los miramos con esa extrañeza del que se ve en el espejo después de mucho tiempo de no hacerlo?