PUERTAS ABIERTAS
Dejo la puerta abierta pero, pese a mis expectativas, nadie entra. Ningún desconocido, ni siquiera un criminal. Esto me inquieta y salgo a la calle. A nadie parece importarle el hecho de que mi casa tenga la puerta abierta y que cualquiera pueda entrar con sólo desearlo. Presiento que alguna terrible conjura se trama en las sombras.
Peor sería pensar que no entran por mí.
Una historia con tan solo una puerta de entrada. Saludos desde Colombia.
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